Las cebollas se utilizan a menudo en varios platos fritas y definitivamente es necesario darles un color dorado, pero se queman.
Hay un truco gracias al cual la verdura siempre quedará como exige la receta. Esto es lo que hacen los cocineros experimentados.
De hecho, si la cebolla empieza a arder, aún puedes guardarla antes de que se convierta en brasas.
Hay un truco interesante para este caso.
Sólo necesitas sacar un cubito de hielo del congelador y ponerlo en la sartén donde se fríe la verdura.
El hielo bajará instantáneamente la temperatura de la sartén, lo que evitará que las cebollas se conviertan en brasas.
En cuanto al exceso de humedad, se evaporará rápidamente y no afectará el sabor del plato.
No olvides retirar la sartén del fuego.
¡Importante! Este truco no sirve para freír cebollas en una sartén antiadherente. El utensilio no tolera bien los cambios de temperatura.