Para conservar el pan por más tiempo, puedes congelarlo. De esta forma no es necesario tirar el exceso de producto.
También es útil si necesitas prolongar el período de frescura.
Una vez horneado el pan, su frescura y textura desaparecen rápidamente.
Sin embargo, si lo congelas cuando aún está fresco, seguirá así después de descongelarlo.
Lo principal es congelar el pan fresco, así no se perderán sus propiedades gustativas.
Congele el pan crujiente, pero no el pan caliente. Antes de hacerlo, córtalo en trozos, rodajas o porciones que sean suficientes para una ración.
Es mejor poner el pan en una bandeja y meterlo en el congelador para que se congele bien. Después de esto, puedes meterlo en una bolsa de plástico, cerrarla bien y guardarla en el congelador.
Congelar no es una forma de refrescar el pan, porque después de descongelarlo tampoco estará fresco.
Durante el almacenamiento, la bolsa de pan debe estar bien cerrada, de lo contrario se secará.
Para mantener el pan fresco por la mañana es necesario sacarlo antes de acostarse y dejarlo a temperatura ambiente sin abrir la bolsa.