Resulta que el secreto para hacer el hígado frito perfecto es añadir... azúcar granulada.
Parecería que un componente dulce sólo puede arruinar el plato.
De hecho, cuando se usa correctamente, el azúcar hace que el hígado sea más sabroso y suave.
Yulia Arkhipova, experta en el campo culinario de la publicación de la red Belnovosti, cocinera y panadera de cuarta categoría, habló sobre el inusual truco culinario.
Es muy sencillo: antes de poner el hígado en la sartén, hay que espolvorear el producto con una pequeña cantidad de azúcar.
Como resultado, se lograrán dos efectos positivos a la vez.
En primer lugar, la comida se ablandará. El hígado definitivamente no se endurecerá y quedará muy tierno: los gourmets estarán encantados.
En segundo lugar, se mejorará el sabor del plato. A menudo sucede que el hígado está amargo. El azúcar granulada simplemente enmascara este amargor. Pero el aditivo ayuda a que se revelen aromas agradables.
Un punto importante: no puedes excederte con el azúcar. Después de todo, el objetivo del cocinero es conseguir hígado frito y no algún tipo de dulzura. Una pizca de azúcar granulada será suficiente para ablandar el hígado y quitarle el amargor.