Hay tres tipos de patatas que se encuentran con mayor frecuencia en las tiendas de comestibles y mercados: las de pulpa blanca, amarilla y rosada.
El color de la piel, según la experta de la publicación de la red BelNovosti, la cocinera Yulia Arkhipova, suele corresponder al color de la pulpa: en las patatas blancas es gris o cremoso, en las patatas amarillas es amarillento, en las patatas rojas es rosáceo.
De las patatas moradas no hablaremos por ahora: se trata de una variedad rara, más cara y menos común.
Las patatas de diferentes colores se diferencian entre sí por el contenido de almidón, lo que afecta su sabor y su capacidad para conservar su forma.
A continuación se ofrecen recomendaciones para utilizar patatas según su color.
Recomendado para purés, cremas y guisos, ya que hierve bien y tiene un agradable sabor aterciopelado.
Se valora por su capacidad para mantener bien su forma, por lo que es adecuado para ensaladas, hornear y hervir en su chaqueta.
Vale la pena utilizar esta variedad si quieres probar las patatas fritas: las patatas rojas contienen poco almidón y conservan su forma cuando se cocinan.