En los días calurosos, muchos gourmets hacen su dieta más “vegetal” y “frutal”.
En muchos casos, esta decisión es correcta.
Los alimentos refrescantes ayudan al organismo ante las altas temperaturas.
Pero hay verduras que, por el contrario, interfieren con el calor.
Un ejemplo sería la cebolla y el ajo.
Malas noticias para los amantes de las verduras picantes: estos alimentos pueden empeorar la condición de una persona cuando hace calor.
La razón es simple: como resultado de comer cebollas y ajo, el cuerpo se "calienta", aumenta la temperatura corporal y aumenta la sudoración.
El cuerpo pierde agua, lo que aumenta el riesgo de deshidratación y un fuerte deterioro de la salud en condiciones de congestión.
Por eso en los calurosos días de verano conviene evitar comer cebollas y ajos.
Por la misma razón, no debes añadir mucha sal a tus alimentos cuando hace calor. Cantidades excesivas de especias picantes también pueden causar daños al cuerpo.