No hay nada complicado en cocinar trigo sarraceno, pero esto es sólo a primera vista. De hecho, existen varios trucos de cocina que definitivamente vale la pena considerar.
Por lo tanto, vale la pena averiguar cuánto tiempo se debe cocinar para lograr un resultado excelente.
La experta de la publicación de la red BelNovosti, Yulia Arkhipova , cocinera y panadera de cuarta clase, nos explicó cómo hacer lo correcto.
Antes de empezar a cocinar, se recomienda enjuagar el trigo sarraceno con agua fría para eliminar el exceso de almidón y polvo. Esto ayuda a evitar que se pegue y le da al cereal un sabor más uniforme. Después del lavado, el trigo sarraceno se puede remojar en agua durante 15 a 20 minutos, lo que ayudará a que se cocine más rápido.
El tiempo de cocción depende de su tipo y grado de pretratamiento. Por lo general, se cocina durante unos 15 a 20 minutos después de que hierve el agua. Si el cereal se ha remojado previamente, el tiempo de cocción se puede reducir a 10-15 minutos. Es importante recordar que la papilla debe quedar tierna, pero no demasiado cocida, por lo que se recomienda comprobar que esté cocida.
Todo el mundo debería entender una regla sencilla: no existe un consejo universal. El tiempo de cocción puede verse afectado por:
1) tipo de cereal;
2) el tipo de recipiente en el que se cocina;
3) potencia del horno;
4) composición del agua y mucho más.
Lo óptimo es cocinarlo durante unos 15 minutos, pero en cualquier caso debes controlar el proceso tú mismo.
Al cocinar trigo sarraceno, es importante elegir la proporción correcta de papilla y agua. Normalmente, por una parte de trigo sarraceno (por ejemplo, un vaso) hay dos partes de agua. También puedes añadir un poco de sal o aceite para mejorar el sabor. Es importante llevar el agua a ebullición, luego reducir el fuego al mínimo y tapar la cacerola con una tapa para que el trigo sarraceno se cocine lentamente y absorba toda la humedad.
Para determinar si el trigo sarraceno está listo, puede comprobar si está tierno con un tenedor o una cuchara. La papilla terminada debe quedar suave, pero no hervida ni pegajosa. No debes servirlo inmediatamente después de cocinarlo; es mejor taparlo durante unos minutos.
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