Todo el mundo quiere cocinar arroz que quede esponjoso y no pegajoso, pero, lamentablemente, no todo el mundo sabe cocinarlo tan perfectamente.
A continuación, te contamos los secretos del proceso que te proporcionará el resultado deseado.
En primer lugar, debemos elegir el tipo de arroz adecuado, por ejemplo, de grano largo o de grano corto (menor contenido de almidón y mejor conservación de la forma).
No menos importantes son la vida útil y el color del producto: el arroz debe estar fresco y blanco.
Antes de iniciar el proceso de cocción, el arroz se debe enjuagar bien con agua fría hasta que el agua quede clara.
Este procedimiento asegura la eliminación del exceso de almidón, así como del polvo de los granos.
Para cocinar arroz, se recomienda utilizar una cacerola de paredes gruesas con una tapa pesada: el agua no se evaporará y retendrá el calor.
Por cierto, la cantidad de agua debe ser el doble de la cantidad de arroz. Así, si tenemos un vaso de producto, entonces se necesitan 2 vasos de agua.
Salar el agua (al gusto) y llevar a ebullición, luego agregar el arroz, revolver y reducir el fuego a bajo.
Cubra la cacerola con una tapa y espere de 15 a 20 minutos. Importante: no es necesario revolver durante el proceso de cocción.
Para que el arroz se desmorone, después de retirar la sartén del fuego, déjelo reposar debajo de la tapa durante otros 10-15 minutos.
Luego usa una cuchara o un tenedor para mezclar y separar los granos.
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