Un par de minutos antes de que el borscht esté cocido, algunos cocineros echan un trozo de mantequilla en la sartén.
Y esta es la decisión correcta: el ingrediente adicional mejora el plato.
Muchos gourmets se sorprenderán al conocer esta recomendación. Después de todo, la mantequilla, al parecer, no combina bien con la popular sopa roja.
De hecho, el producto hace que el plato sea mucho más apetecible.
Esta adición personalizada ayuda a equilibrar el sabor de la sopa.
El plato adquiere un interesante aroma cremoso que combina bien con el sabor de carnes y verduras.
El borscht casero, al que se le añade mantequilla, resultará increíblemente apetitoso. No será en absoluto inferior a un plato de restaurante.
Además, gracias al componente oleoso, el borscht adquiere densidad y se vuelve mucho más nutritivo.
Bastará con comer solo el primer plato y el gourmet se sentirá lleno.
Hay un punto importante: se debe colocar un trozo de mantequilla en la sartén al final de la cocción de la sopa. Si hace esto demasiado pronto, no habrá ningún efecto.
Anteriormente te contamos cómo freír adecuadamente las verduras para hacer borscht.