Sin exagerar, la mantequilla puede considerarse un producto único que tanto los chefs profesionales como las amas de casa experimentadas utilizan activamente con fines culinarios.
Sin embargo, no todo el mundo sabe cómo desbloquear el potencial oculto del petróleo.
Por ejemplo, se puede añadir de forma segura a las sopas, algo que muchas personas ni siquiera conocen.
La mantequilla tiene una textura especial y un sabor delicado que hará que cualquier sopa sea más noble, sabrosa y de gran calidad.
Si está preparando sopa de verduras, pero quiere que sea un poco más nutritiva y saciante, una barra de mantequilla funcionará perfectamente. La misma regla se aplica a la sopa de pollo dietética.
Si hablamos de sopas grasas, el aceite puede parecer innecesario, pero es un error. Si un plato contiene muchos componentes, la mantequilla ayudará a combinar estos diferentes matices de sabor en una “sinfonía gastronómica”.
El plato quedará inmediatamente completo, refinado y de gran calidad.
No es necesario añadir mucho aceite: 20-30 gramos serán suficientes.