Cualquier bola de masa puede ser una excelente cena o almuerzo porque es fácil de preparar, tiene suficiente valor nutricional y sabe bastante bien.
Siempre quieres que las bolas de masa mantengan su forma, pero a veces se pegan, revientan y, en general, no tienen un aspecto muy apetecible.
La razón es simple: casi todo el mundo cocina mal las albóndigas. El método de cocción habitual tiene una serie de desventajas, como resultado de lo cual la calidad del plato se reduce significativamente.
Si lees las recomendaciones, verás que el fabricante sugiere poner el producto semiacabado en agua hirviendo. Por eso todas las amas de casa hacen esto.
Pero este es el defecto más básico.
Es mejor esperar hasta que el líquido se caliente un poco, pero no llegue a hervir por completo. Después de esto, agregue sal y albóndigas.
Espera hasta que hierva y vierte cien ml de agua fría. El líquido volverá a hervir y repetiremos el procedimiento. En general, es necesario añadir agua tres veces.
En este caso, las albóndigas conservarán su aspecto atractivo y quedarán más jugosas.