Las albóndigas son un plato de carne muy impresionante porque tienen un sabor increíble.
Pueden complementar perfectamente tanto el primer plato como cualquier guarnición.
Los conocedores de la cocina italiana saben que las albóndigas combinan perfectamente con salsa y pasta. Sin embargo, es muy importante asegurarse de que las albóndigas no sólo queden sabrosas, sino también jugosas.
Para preparar albóndigas conviene elegir carne buena y de calidad que quede suave y tierna. Lo mejor es liberar un trozo de carne del exceso de grasa, ya que este componente no es necesario a la hora de preparar albóndigas.
También vale la pena recordar que el producto no debe tener un olor desagradable o un color extraño.
Para que las albóndigas queden un poco más tiernas, durante el proceso de preparación de la carne picada conviene enrollar una pequeña cantidad de manteca de cerdo junto con la carne.
Sí, las albóndigas se volverán más calóricas, pero el sabor mejorará notablemente.
Cuando se trabaja con platos de carne picada, a menudo se puede escuchar una recomendación: por su jugosidad, aroma y sabor, conviene elegir 2 tipos diferentes de carne.
Esta regla también se aplica a las albóndigas.
No todas las recetas de albóndigas incluyen estos ingredientes, pero son necesarios. Las cebollas, por ejemplo, garantizan al plato el grado de jugosidad deseado.
Pero el ajo, a su vez, hará que las albóndigas sean apetitosas y aromáticas.