No todos los cocineros pueden presumir de saber cocinar perfectamente los despojos.
Esta categoría relativamente económica de productos cárnicos requiere un trato y una atención especiales.
De lo contrario, el hígado puede tener un sabor amargo, estar un poco seco o no muy sabroso.
Por lo tanto, cualquier ama de casa debe pensar en opciones que puedan tener un efecto significativamente positivo en el sabor del hígado.
Por ejemplo, los chefs experimentados espolvorean los despojos con refresco durante la cocción.
No todas las amas de casa saben que los refrescos son una excelente manera de mejorar el sabor y la calidad del hígado. Gracias a este polvo de cocina podrás deshacerte del regusto desagradable.
El bicarbonato de sodio no solo eliminará el amargor, sino que también ayudará a formar una corteza apetitosa.
Se puede añadir una pequeña cantidad de polvo durante el proceso de tratamiento térmico. Pero puedes hacerlo de otra manera. Se diluye aproximadamente una cucharada pequeña en agua y los despojos purificados se dejan en remojo durante 60 minutos.
Después se seca el hígado y se fríe.