Las tartas de queso ideales siempre se derriten en la boca, ya que su textura es medianamente húmeda y agradable.
Si resulta difícil masticar el desayuno, entonces se cometieron errores al trabajar con la masa.
Este es el principal error por el que la textura de las tartas de queso deja mucho que desear. El componente se introduce para que el plato quede sabroso, ya que la harina absorbe el exceso de humedad.
Sin embargo, es precisamente su exceso lo que empeora la calidad del plato.
Si el componente principal está demasiado húmedo, tendrás que usar mucha harina, lo que no beneficiará al plato. Por esta razón, es mejor deshacerse primero del exceso de líquido y solo luego comenzar a cocinar.
A veces, incluso una pequeña cantidad de harina estropea las tartas de queso. Esto sucede si decides utilizar harina de baja calidad.
Para deshacerse de estos problemas, no se puede utilizar harina en absoluto. Los chefs experimentados señalan que cocinar tartas de queso con sémola será una solución mucho mejor.