Cualquier ama de casa experimentada le dirá que una sopa sin una acidez característica no puede llamarse borscht clásico.
Por esta razón, es extremadamente importante darle al plato un perfil de sabor distintivo.
Este método es uno de los más simples y efectivos. Basta con añadir jugo de limón a las remolachas al gusto durante su tratamiento térmico.
Como resultado, la sopa no solo resultará agria, sino que también adquirirá un hermoso tono escarlata.
Por alguna razón, no todas las amas de casa modernas preparan borscht clásico con chucrut. Pero esta sopa se puede llamar estándar con seguridad.
El sabor del plato se vuelve simplemente asombroso.
También es importante recordar que el color del plato quedará espectacular y brillante.
Es el producto casero el que puede influir significativamente en el sabor de la sopa. Por lo tanto, vale la pena preparar la pasta de tomate con anticipación.
Es mejor introducir el componente en la etapa de freír zanahorias y cebollas.