Las berenjenas tienen muchas ventajas, pero también un inconveniente importante: un plato a base de este producto puede resultar notablemente amargo.
Sin embargo, con la ayuda de un simple secreto culinario, puedes deshacerte del problema.
Primero debes picar las berenjenas en las tazas habituales. Mientras tanto, disuelva una cucharada de sal en un litro de agua.
Enviamos el producto al líquido resultante.
Encima colocamos cualquier contenedor que pueda servirnos de carga. Tienes que esperar media hora.
Luego solo queda poner el producto en un colador y procesarlo con agua del grifo. No quedará el más mínimo rastro de amargura.
Puedes facilitarte las cosas. Para hacer esto, solo necesitas dividir las berenjenas en dos partes por la mitad. Sazone generosamente con sal.
Sólo habrá que esperar veinte minutos. Luego volvemos a quitar la sal y procedemos al proceso de cocción propiamente dicho.
Ambos métodos son muy efectivos.