Cualquier cocinero experimentado conoce una regla simple: si la receta indica que es necesario agregar remolacha hervida, entonces es mejor cocinar el producto en el horno.
Las remolachas hervidas parecen sabrosas, pero tienen un inconveniente importante que es difícil de aceptar para los verdaderos gourmets: un sabor acuoso.
Por lo tanto, la ensalada nunca resultará suficientemente rica y brillante. Así que usa el horno en lugar de una sartén.
No hay dificultades en este proceso preparatorio. Para empezar comenzamos lavando bien el producto para eliminar toda la arena. Algunos cocineros incluso usan cepillos para asegurarse de eliminar toda la suciedad. También puedes utilizar la parte dura de una esponja normal.
Recuerda que es importante dejar coletas. Si las retiras, las remolachas perderán su jugosidad y quedarán secas. Este ingrediente no funcionará para una ensalada.
Luego enviamos la verdura al horno a una temperatura de 200 grados. Las remolachas medianas estarán listas en una hora y media.
Si el producto es un poco más grande, es mejor esperar media hora más.
En cualquier caso, la preparación del componente se puede comprobar con un cuchillo.