El hígado frito no siempre sale como nos gustaría.
A veces el sabor de un plato decepciona y otras veces su apariencia suscita dudas.
Rara vez es posible preparar un hígado jugoso con una corteza perfectamente frita y de un color apetitoso. Sin embargo, con la ayuda de un sencillo truco, esta tarea ya no será imposible.
El truco consiste en rebozar el hígado ya preparado y troceado con el empanado adecuado. Esto ayudará a conservar la jugosidad de los despojos y le dará un aspecto increíblemente apetitoso.
Para hacer esto, deberá combinar un huevo de gallina con una cucharada de papa o maicena en un recipiente de tamaño adecuado. También hay que añadir sal y añadir una pizca de nuez moscada y ajo granulado.
Tapar el recipiente y esperar unos cuarenta minutos.
Después, puedes empezar a preparar con seguridad un hígado increíblemente sabroso. También es importante recordar que el hígado también se debe remojar primero en leche para eliminar cualquier posible sabor amargo desagradable.