Los rebozuelos pueden considerarse fácilmente uno de los hongos favoritos, ya que son increíblemente aromáticos y sabrosos.
Sin embargo, el placer de degustarlo puede verse eclipsado por la presencia de un regusto amargo desagradable.
Como regla general, esto se debe a varios errores por parte de las amas de casa.
Si usted mismo recoge hongos o los compra en los mercados, existe una alta probabilidad de que los rebozuelos comestibles también contengan productos condicionalmente comestibles.
Los falsos rebozuelos, por regla general, no tienen consecuencias trágicas, pero le dan un sabor muy desagradable a todo el plato.
Muchas amas de casa cometen un error común: se olvidan de remojar los rebozuelos. Estas setas tienen “fama” de ser un producto que no requiere mucho esfuerzo.
Sin embargo, para realzar el sabor y eliminar posibles amargos, las setas se dejan durante varias horas en agua, donde previamente se ha disuelto un poco de sal.