Al procesar la cosecha de fresas para el invierno, los veraneantes suelen hacer mermelada, cubrir las compotas y congelarlas.
Este no es el límite de posibilidades, porque una opción igualmente sabrosa y cómoda son las fresas confitadas.
Se pueden utilizar para repostería o simplemente como decoración para postres.
Necesitarás:
Las bayas deben lavarse, quitarse los tallos y clasificarse.
Colocar la cosecha en un cazo, agregar agua, agregar azúcar y poner al fuego.
Durante la cocción, es necesario revolver el futuro almíbar.
Cuando el azúcar se disuelva y el almíbar hierva, es necesario agregar ácido cítrico.
Después de esto, las bayas se colocan en un colador para escurrir todo el almíbar. Esto se repite hasta 7 veces.
Luego, las fresas deben secarse en un horno precalentado a 140 grados en una bandeja para hornear cubierta con pergamino.
Una vez que las bayas se secan y se vuelven elásticas, se transfieren a un frasco de vidrio.
Conservar en un lugar seco, tapado, durante 2-3 meses. Las frutas confitadas se guardan en el frigorífico durante unos seis meses.