Un exceso de casi cualquier componente hace que las chuletas sean menos blandas y poco sabrosas.
No debes excederte con pan, huevos, patatas, zanahorias o cualquier tipo de carne (la carne picada debe mezclarse en proporciones iguales).
Sin embargo, hay un ingrediente en el que definitivamente no debes escatimar a la hora de preparar el plato.
Aquí se aplica la siguiente regla: "Cuanto más, mejor".
Seguramente muchos habrán escuchado la frase “No se pueden estropear las gachas con mantequilla”.
Reformulemos un poco este dicho: "No se pueden estropear las chuletas con cebolla".
Cuantas más verduras haya en la carne picada, más apetitosas quedarán las chuletas.
Es recomendable que por cada medio kilo de componente cárnico haya al menos dos cebollas picadas. Y bastante grandes.
La verdura se puede utilizar tanto cruda como frita.
Gracias a este ingrediente, las chuletas se vuelven más jugosas y sabrosas.
A pesar de todas las ventajas del componente de cebolla, también tiene un serio inconveniente.
La carne picada en la que acabó esta verdura ya no es apta para el almacenamiento.
Es necesario cocinar chuletas con esta base inmediatamente. De lo contrario el plato se estropeará.