Muchas personas se enfrentan al hecho de que durante el proceso de cocción, las cáscaras de huevo desarrollan importantes grietas, lo que puede complicar el proceso de limpieza e incluso afectar el sabor final del producto.
Algunos creen que se trata de un fenómeno natural.
A los partidarios de esta versión les parece razonable que la delgada carcasa no resista el tratamiento térmico y se colapse. Sin embargo, esto no significa que no se pueda evitar este problema.
Te sorprenderá saber que el truco es simple, pero no obvio.
Mucha gente cree que una cucharada de sal puede protegerte de los problemas. Este método ha sido probado durante años, pero no siempre da el resultado esperado.
A veces ni siquiera la sal puede proteger la cáscara de las grietas.
Lo primero que debes recordar es que no debes enviar los huevos del frigorífico a un líquido burbujeante: el agua debe estar fría. Pero junto con el producto, debes agregar una rodaja mediana de limón a la sartén con los huevos de gallina.
Te sorprenderás, pero el caparazón permanecerá intacto.