El hígado de pollo se considera un producto muy valioso en nuestra dieta debido a su composición rica y equilibrada.
Sin embargo, debido al papel específico que desempeña en el cuerpo del ave, los despojos pueden tener un sabor muy específico.
Se trata de amargura.
Se deshacen de este sabor desagradable de varias formas.
Resulta que la respuesta a esta pregunta es positiva. El azúcar realmente puede eliminar cualquier posible toque amargo, haciendo que el plato de hígado sea más equilibrado y refinado.
Sin embargo, ésta no es la única función del azúcar.
Gracias a la apariencia del componente en el plato, el hígado tendrá una maravillosa corteza frita. Un plato así se verá mucho más impresionante cuando se sirva.
Sin embargo, no se exceda con la introducción de azúcar: si agrega dulzura en grandes cantidades, el sabor se estropeará. Una cucharada pequeña por kilogramo de despojos será suficiente.
También vale la pena recordar que la leche puede proteger contra la aparición de un tinte amargo desagradable. Los despojos se remojan en la bebida durante 30 a 60 minutos.