Rara vez un ama de casa se arriesga a cocinar guisantes enteros viejos sin remojarlos previamente, porque con un alto grado de probabilidad la leguminosa permanecerá dura incluso después de varias horas de tratamiento térmico.
Sin embargo, es precisamente en estos casos cuando los trucos probados en el tiempo vendrán al rescate.
En lugar de remojar los guisantes, será necesario realizar un procesamiento interesante e inusual de la leguminosa, que solían utilizar las amas de casa del pasado.
Para ello, es necesario poner los guisantes con una pequeña cantidad de agua (aproximadamente 1 a 1,2) en una cacerola, hervir, esperar un minuto y escurrir el líquido. Repetimos el procedimiento exactamente tres veces.
Este procedimiento, por cierto, te "libera" de la necesidad de lavar los guisantes.
Los cocineros experimentados saben que "jugar" adecuadamente con los cambios de temperatura le permitirá lograr resultados impresionantes al cocinar guisantes.
Algunas personas usan agua fría, pero los resultados no serán tan impresionantes. Lo mejor es utilizar cubitos de hielo.
Aproximadamente cada siete minutos de cocción es necesario agregar un nuevo cubito de hielo. Lo mejor es elegir fuego lento para cocinar.