Los chefs y amas de casa modernos hacen todo lo posible para que las chuletas sean sabrosas: agregan especias aromáticas a la carne picada, mejoran la textura con hielo picado, "esconden" un cubo de mantequilla para darle jugosidad, agregan azúcar para formar una costra e incluso agregan requesón por esponjosidad.
Pero esto todavía no nos permite ni siquiera acercarnos al ideal de las chuletas soviéticas, que para muchos siguen siendo el estándar.
Si desea evocar un sentimiento de nostalgia agradable, debe conocer los dos trucos principales de los chefs soviéticos que les permitieron lograr resultados impecables.
Hoy en día se cree que las chuletas deben contener mucha carne, de lo contrario es un plato "para los pobres". Pero los chefs soviéticos no dudaron en añadir pan en grandes cantidades.
Al final resultó que, el producto de centeno representaba al menos el 40% de la masa total de carne picada.
Nadie remojó pan en leche, limitándose a agua corriente.
Las amas de casa modernas fríen principalmente chuletas, ya que para ellas es importante la apariencia de la corteza. Pero los cocineros soviéticos utilizaban el horno para cocinar.
Por lo tanto, las chuletas resultaron no solo sabrosas, sino también saludables.