Agregar sal a los platos es un ritual obligatorio; de lo contrario, nadie querrá comer alimentos insípidos.
Esta acción parece tan simple y natural que no todas las amas de casa sospechan la posibilidad de un error.
Pero para que la pasta quede sabrosa es necesario introducir la sal correctamente.
La mayoría de las veces, se agrega sal a una cacerola con agua tan pronto como los platos están en la estufa. Pero hacerlo no es del todo correcto. Otros introducen el producto más cerca del final, pero esto también es un inconveniente.
La opción más correcta es la siguiente: poner una cacerola con agua al fuego, esperar a que aparezcan las características burbujas, añadir sal y aceite vegetal.
El último componente ayuda a que los productos mantengan su forma. Sin embargo, puedes reemplazar el aceite con vinagre de manera segura si lo deseas.
Una vez distribuidos los componentes, puede enviar la pasta.
Luego lo ponemos a punto de acuerdo con las instrucciones.
Con este enfoque, la pasta siempre resulta sabrosa y de gran calidad.