Las amas de casa modernas cocinan caldos principalmente con carne, aunque desde tiempos inmemoriales se utilizan para ello huesos. Y no se trata sólo de que la carne se pueda comer de otra forma, sino que los huesos deben consumirse de alguna manera.
El caldo de huesos y las sopas a base de él se consideraban curativos en muchas cocinas tradicionales. Y la ciencia moderna lo ha confirmado.
El caldo correcto o la carne en gelatina (caldo solidificado) se cocinaba durante aproximadamente un día y, a veces, más. Durante este tiempo, todas las sustancias útiles pasaron de los huesos, la piel, el tejido conectivo, la médula ósea y los tendones al agua.
El principal valor para el cuerpo humano son los aminoácidos, que suprimen los procesos inflamatorios en el cuerpo, restauran la mucosa intestinal y gástrica y protegen los intestinos de bacterias patógenas.
Gracias a la gelatina natural contenida en el líquido se previenen enfermedades de las articulaciones. El caldo también contiene sustancias necesarias para la producción de colágeno por parte de nuestro organismo, lo que nos permite mantener la juventud y la belleza.
Con el uso regular de este caldo, la piel se vuelve suave, las erupciones desaparecen, el cabello luce brillante y saludable y las arrugas aparecen con mucha menos frecuencia y mucho más tarde.
Importante: debe comprar huesos de propietarios de granjas privadas o de agricultores en cuya calidad confíe.
Para que el caldo de huesos no solo sea sabroso, sino también saludable, debes seguir algunas reglas de cocción.
1. Hervir los huesos durante al menos 12 horas. Si son de cerdo o de ternera, es mejor hacerlo durante 24 a 48 horas.
2. Se recomienda utilizar aquellas zonas donde existan juntas. También puedes hervir las piernas, el cuello, las alitas de pollo u otras aves. Pero no debería ser un pollo de engorde, ya que crecen demasiado rápido y los huesos ni siquiera tienen tiempo de formarse por completo. Busque "repuestos" para gallinas ponedoras.
3. Los huesos deben ocupar al menos 1/3 del recipiente, el resto es agua.
4. Después de hervir, se debe reducir el fuego al mínimo. El caldo no debe hervir. Debe languidecer. Pueden surgir pequeñas burbujas del fondo, pero no debe haber ebullición activa.
5. Para que quede aún más sabroso y saludable, es necesario poner en la sartén unas zanahorias, cebollas peladas, hojas de laurel, pecíolos o raíz de apio y granos de pimienta negra. Se agrega sal al comienzo de la cocción. La cantidad de ingredientes depende de la cantidad de huesos y agua.
El caldo de huesos se puede utilizar como base para sopas, gachas y platos principales, beberlo como té medicinal, preparar carne en gelatina e incluso congelarlo para uso futuro.