Las patatas fritas son un plato sencillo y popular que se puede preparar de diversas formas.
Pero para que las patatas queden apetitosas, crujientes y no se deshagan, es necesario seguir algunas reglas.
Lo mejor es una sartén de fondo grueso con revestimiento antiadherente.
Esta sartén distribuye el calor de manera uniforme y evita que las patatas se peguen. Si no tienes una sartén de este tipo, es importante limpiarla y secarla bien antes de freír.
Para evitar que las patatas se quemen, es necesario utilizar una cantidad suficiente de aceite o grasa y calentarlo bien. Puedes utilizar aceite vegetal, mantequilla o manteca de cerdo. La manteca de cerdo le da a las patatas un sabor y aroma especiales.
Las patatas deben lavarse, pelarse y cortarse bien en trozos o tiras iguales.
Luego debes enjuagar las patatas cortadas en rodajas en agua fría para eliminar el exceso de almidón. Después de eso, debes secar las patatas con una toalla o servilletas de papel.
Las patatas se deben colocar en una sartén caliente en una capa y freír a fuego medio sin tapa. No voltees las patatas con frecuencia para evitar que se deshagan. Hay que freírlo hasta que esté dorado por ambos lados. Puedes añadir sal y pimienta al gusto al final de la fritura o después.
Para que el plato sea más rico y sabroso, puedes añadir otros productos a las patatas, por ejemplo, cebollas, ajos, champiñones, carne, guisados, huevos, etc.
Es mejor añadir la cebolla y el ajo al final de la fritura o después para que no se quemen. Los champiñones, la carne y el guiso se pueden freír previamente por separado o junto con patatas. Puedes batir el huevo con sal y pimienta y verterlo sobre las patatas al finalizar la fritura.
Siguiendo estas sencillas reglas podrás preparar unas patatas fritas deliciosas y crujientes.