No a todas las personas les gusta la carne a medio asado o el bistec poco hecho.
Muchos gourmets prefieren los trozos de carne bien cocidos.
Algunos amantes de la comida piensan de esta manera: es mejor dejar que la carne se queme un poco, pero que no quede roja por dentro.
Sin embargo, esta opción de cocción puede provocar la aparición de un olor a quemado, que impregnará el propio plato.
Evitar este desagradable fenómeno es muy sencillo. Para ello, basta con poner en la sartén un trozo de una fruta conocida.
A la hora de preparar carne frita, muchos chefs y cocineros aficionados experimentados nunca pueden prescindir de una manzana.
Tan pronto como aparece un olor desagradable, se coloca el trozo de fruta en la sartén.
Como resultado, el exceso de "aroma" desaparece y la carne tratada térmicamente no adquiere un sabor amargo.
Un trozo de manzana que se encuentra en una sartén debe reemplazarse por uno nuevo inmediatamente después de que el trozo de fruta se oscurezca.
A veces hay que “desperdiciar” una manzana entera. Pero vale la pena: no hay mal olor en la cocina y el plato de carne resulta muy sabroso.