El borscht suele ser de color rojo y muchos cocineros están orgullosos de lo rico y vibrante que logran preparar este plato.
Pero además del borscht rojo, también existe el borscht verde. Este plato no es nada inusual para los veraneantes, que lo cocinan con las primeras verduras. Le diremos qué más se puede y se debe agregar.
Es que este borscht se puede cocinar sin carne, y para evitar el agua con hierba, el primero se sirve con crema agria.
Puedes tomar una variedad de verduras. Principalmente acedera. También se utilizan ortigas tiernas, espinacas, cebolletas o cualquier cosa que crezca en los parterres.
Si tienes caldo de carne, lo único que tienes que hacer es conseguir en algún lugar un par de tubérculos de patata, pelarlos, cortarlos y cocinarlos.
Cuando los tubérculos estén medio cocidos, puedes agregar cebollas salteadas.
Cuece las verduras durante 5 minutos y, cuando las patatas estén cocidas, añade las verduras preparadas con antelación. Se puede cortar en tiras.
Para evitar que el borscht verde quede completamente herbáceo, puede agregar jugo de limón, incluso si se cocina con acedera. Gracias a este truco, las patatas quedan más elásticas y el color más estable, pero es necesario añadirlas al plato terminado.
Además de la sal, se utilizan como especias pimienta negra y laurel.
Y el toque final: debes agregar huevos duros al borscht terminado. Se cocinan por separado. Pelar, cortar en cubos y luego agregar a los platos con crema agria antes de servir.
Los cocineros recomiendan dejar reposar el borscht durante un par de horas antes de servir el plato para la cena.
¡Buen provecho!