El pescado frito puede resultar aún más sabroso de lo habitual si se dominan dos trucos culinarios que los profesionales prefieren guardar en silencio.
Para algunos estos consejos serán toda una revelación, mientras que otros descubrirán sus errores y descubrirán por qué hasta ahora no han podido freír pescado deliciosamente.
Hay dos trucos que determinan el sabor del pescado frito.
No a todo el mundo le gusta el olor del pescado, especialmente el de río. Se sabe que le va bien el limón, que neutraliza los aromas. Pero es mejor freír el pescado con ajo.
Para ello basta con pelar un par de dientes de ajo, triturarlos con la hoja de un cuchillo o una cuchara y colocarlos en una sartén.
El aroma del ajo se extenderá rápidamente por toda la cocina. No olvides quitar el ajo cuando esté frito y estés listo para freír el pescado.
Existe una regla simple que le permite freír pescado para que no se queme y no quede crudo por dentro.
La regla se llama "2 a 1" y suena más o menos así. Después de colocar un trozo de pescado en una sartén caliente, es necesario tener en cuenta el tiempo necesario para freírlo por un lado (dependiendo del grosor del trozo).
Si el pescado se frió durante 8 minutos, darle la vuelta y freír durante 4 minutos.
Como resultado, el pescado no se cocinará demasiado y quedará lo más jugoso posible.