Resulta que para darle un aroma especial a los productos horneados, basta con agregar un ingrediente adicional más a la mantequilla incluida en su composición.
Estamos hablando de hojas de menta que hay que blanquear, es decir, remojar en una pequeña cantidad de agua hirviendo durante 2 minutos.
Cuando se complete el primer paso, transfiera la menta a un recipiente lleno de agua helada.
Pasados unos minutos, retira la menta y agrégala al aceite. Eres genial: ya tienes en tus manos un aditivo aromático adecuado para hacer galletas y otros postres.
Pero la mantequilla tostada ayudará a darle a los productos horneados un agradable aroma a nuez.
Derrita la papilla transfiriéndola a una cacerola o sartén con fondo grueso.
Se necesitan entre 7 y 10 minutos para dorar la mantequilla. No abandone la estufa: la mantequilla debe revolverse activamente.
Ahora todo lo que tienes que hacer es esperar hasta que el aceite se enfríe, después de lo cual podrás agregarlo de manera segura al resto de los ingredientes.
Finalmente, descubra un truco más complicado: para preparar masa quebrada, debe picar la mantequilla. Los autores de las recetas sugieren cortar el bloque con un cuchillo, pero hay una forma mucho más conveniente: puedes rallar la mantequilla fría y sumergirla periódicamente en harina.