El borscht, por supuesto, debe quedar rico, ya que es una de las cualidades más importantes de una sopa clásica.
Sin embargo, a veces el contenido de grasa de un plato llega a ser demasiado alto.
Es difícil comer una sopa así, especialmente si prefiere alimentos ligeros y saludables.
Pero el borscht en sí no es demasiado graso; mucho depende del cocinero.
El borscht clásico se suele cocinar con hueso o con carne roja. Con este enfoque, el caldo resulta nutritivo, aromático y sabroso.
El gran error es que las amas de casa añaden verduras fritas en aceite vegetal al caldo ya graso. Esto hace que la sopa sea demasiado pesada y poco saludable.
Lo mejor es freír solo las remolachas y simplemente guisar las zanahorias y las cebollas. El borscht más sabroso se obtendrá si recoge el caldo preparado para guisar.
Incluso si cocina borscht con pollo, es mejor abstenerse de introducir verduras fritas. Para saturar la sopa con el porcentaje requerido de grasa, es mejor agregar un cubo de mantequilla.