Muchos cocineros aficionados se niegan a cocinar el hígado porque los platos elaborados con él quedan secos y duros.
Sin embargo, este resultado es consecuencia de una cocción inadecuada. Hay varios matices que ayudarán a que los platos de hígado sean más suaves, aromáticos y jugosos.
Al elegir despojos, preste atención a su superficie. No debe tener zonas secas ni manchas de color amarillo verdoso, que son señal de daño en la vesícula biliar.
Un signo de calidad es una textura elástica y un tono uniforme, no debe haber zonas oscuras.
1. Primero, debes preparar hígado de cerdo o ternera. Para ello, el primer paso es eliminar los vasos, el tejido conectivo y la película. Se lava bien el hígado de pollo y también se retira el tejido conectivo.
2. El remojo es un procedimiento importante que ayuda a eliminar el amargor. Puedes poner los despojos en leche fría, agua con sal o suero. El hígado se coloca en el líquido entero o cortado en trozos. El tiempo de remojo recomendado es de 1 a 3 horas.
3. El tiempo de tueste también juega un papel importante. Si cocina demasiado los despojos al fuego, el plato decepcionará por su sequedad. Entonces, el hígado de res se fríe durante unos 10 minutos, el hígado de pollo durante 8 a 10 minutos y el hígado de cerdo durante 15 a 20 minutos.