Mucha gente cree que sólo se puede preparar a un nivel decente pasta cara, que no todo el mundo puede permitirse consumir con regularidad.
Hay algo de verdad en esto: la pasta cara es extremadamente difícil de estropear.
Pero incluso un producto barato se puede preparar de forma sabrosa y decente.
Cualquier pasta requiere una gran cantidad de líquido, por lo que la sartén debe ser espaciosa.
Se recomienda tomar al menos un litro de agua por cada cien gramos de producto seco.
Los chefs italianos, considerados expertos en hacer la pasta perfecta, añaden una cantidad bastante grande de sal.
El caso es que la pasta aún no podrá absorber toda la sal que se añade durante la cocción. Sin embargo, el componente ayuda a que la pasta no sólo mantenga su forma, sino también adquiera un sabor decente.
Por tanto, no dudes en añadir diez gramos de sal por cada litro de líquido.
Algunas amas de casa cocinan deliberadamente la pasta poco porque han oído que este enfoque es el único correcto. Pero cocinar pasta al dente solo es relevante si terminas el plato en una sartén con salsa.
En todos los demás casos, es mejor respetar el tiempo indicado en el embalaje por el fabricante.
Para que la pasta quede de excelente calidad es importante colocarla en un colador, dejando escurrir la mayor parte del líquido.
Sin embargo, aún conviene dejar unos 50 ml de agua de pasta.
Una vez que hayas enviado la pasta al colador, debes devolverla a la sartén, donde quedará un poco de líquido. Luego agregue un trozo de mantequilla y comience a mezclar activamente la guarnición.
Con este enfoque, incluso la pasta más barata quedará deliciosa.