¿Quieres complacer a tus seres queridos con un delicioso platillo? Entonces presta atención a las tortitas de patata.
Las tortitas de patata, doradas y muy crujientes, quedan increíblemente tiernas por dentro. Podrás prepararlos fácil y rápidamente sin afrontar ninguna complicación. Pero vale la pena armarse de algunos secretos útiles.
Las patatas para hacer tortitas de patata deben ser correctas. Elija aquellas variedades que contengan el máximo de almidón. Las patatas deben estar fuertes y maduras.
Su piel es rugosa y el centro tiene un tinte amarillento. Estas patatas tienen buen sabor y evitan que las tortitas se deshagan en la sartén. No compre patatas nuevas porque tienen muy poco almidón.
Utilice un rallador de malla fina para rallar las patatas peladas. Esto evitará que la mezcla se oscurezca. Puedes moler las patatas en una picadora de carne, pero un procesador de alimentos también funcionará. Sin embargo, las tortitas de patata más deliciosas son aquellas en las que se rallan las patatas a mano.
Cuando la mezcla de patatas esté lista, agrégale dos cucharadas de almidón. Esta técnica es apropiada si duda que las patatas compradas tengan suficiente almidón.
¿Ves que la mezcla de patatas está demasiado líquida? No es necesario añadir una gran cantidad de harina.
Dos cucharadas de este ingrediente son suficientes. De lo contrario, la mezcla quedará “gomosa”, por lo que no podrás hacer panqueques apetitosos y sabrosos.
No es necesario que se limite a la pimienta negra molida y la sal. Puedes condimentar la mezcla de papa con los condimentos que quieras. Gracias a esto, las tortitas de patata adquirirán un sabor más brillante y expresivo, volviéndose apetitosas y aromáticas.
Es necesario calentar muy bien el aceite en una sartén de hierro fundido o cerámica. Recuerda tapar la mezcla de papa hasta la mitad. Esta técnica te permitirá conseguir tortitas verdaderamente doradas y muy crujientes que te causarán un auténtico deleite.
¿Quieres conseguir tortitas de patata que no estropeen la comida con mucha grasa? Luego debes ponerlos en servilletas de papel después de cocinarlos. El material absorberá el exceso de grasa, por lo que la comida será lo más placentera posible.