Las tartas de queso son un plato popular que gusta tanto a niños como a adultos.
Preparar el postre es bastante sencillo. Pero incluso en este caso, hay algunos matices que te ayudarán a preparar el bocadillo perfecto.
Tanto el requesón más fresco como el no tan fresco son aptos para cocinar. La consistencia cremosa la aporta otro matiz.
Antes de cocinar, el requesón se debe moler hasta que quede lo más suave posible. Esto se puede hacer con un tenedor, un colador o una licuadora.
Otro pequeño secreto para hacer tartas de queso tiene que ver con los huevos. Por eso, algunos chefs recomiendan utilizar solo la yema. Cumplirá perfectamente la función de “pegamento”.
Pero las proteínas, como señalaron los chefs, licuan mucho la masa, que se pega a las manos pero pierde su forma en la sartén.
Los chefs tienen un pequeño truco que les permite hacer tartas de queso perfectas. El postre primero se fríe en una sartén y luego se cuece en el horno.
El procedimiento es el siguiente: hacer tartas de queso del mismo tamaño, enrollarlas en harina, freír por ambos lados durante 30-40 segundos y colocar en el horno precalentado durante 1-2 minutos.