Las cebollas bien fritas tienen un sabor tan brillante que no dejarán indiferente a ningún gourmet.
Sin embargo, hay un problema: es bastante difícil preparar el plato para que no se queme, adquiera la consistencia ideal y un bonito color.
Freír a fuego alto puede convertir las verduras picadas en “carbones”.
Cocinar a fuego lento comienza a parecerse más a un guisado que a una fritura.
Sin embargo, un pequeño truco te ayudará a conseguir el resultado deseado sin problemas: la cebolla seguramente adquirirá un aspecto apetitoso, un crujido moderado y un sabor interesante.
No te apresures a colocar las cebollas picadas en la sartén. Las verduras crudas requieren un procesamiento previo.
Se trata de mezclar con un poco de harina.
Entonces, la verdura picada debe colocarse en un recipiente hondo con tapa. La opción ideal es una cacerola.
Allí también hay que poner harina. Se debe observar la siguiente proporción de ingredientes: por kilo de verdura: de tres a cuatro cucharadas de producto a granel.
Cubre la cacerola con una tapa y agita bien para que el contenido se mezcle bien.
La mezcla resultante se debe colocar en una sartén con aceite vegetal caliente.
Se pueden freír cebollas "harina" de forma segura a fuego alto: el plato no se quemará. Definitivamente adquirirá un agradable color dorado y una corteza sabrosa.