Las albóndigas son un plato universal que se puede preparar con antelación y luego cocinar para el almuerzo o la cena en 10 minutos.
Para que las albóndigas caseras sean mejores que las compradas en la tienda, es necesario tener en cuenta varios matices en el proceso de cocción.
Mucho depende de la masa para las albóndigas. Durante la cocción, no debe romperse, pero tampoco debe quedar demasiado denso o espeso.
Para que la consistencia de la pieza de trabajo sea ideal, se debe tamizar la harina antes de amasar. Gracias a esta acción, se saturará de oxígeno y adquirirá las cualidades necesarias.
Este es el secreto clave que hará de las albóndigas una obra de arte culinaria.
Por eso, al principio hacen un montículo de harina tamizada. En la parte superior se hace una pequeña muesca por donde se introduce el huevo. Luego agregue mantequilla, sal, azúcar. Amasar poco a poco la masa añadiendo agua hasta que deje de pegarse a las manos.
Amasar la masa de bola de masa durante al menos 10 minutos. La pieza de trabajo se estira bien y luego se vuelve a colocar en el recipiente.
Después de amasar, la masa se enrolla formando una bola y se cubre con una envoltura de plástico o una toalla húmeda. Dejar así a temperatura ambiente durante media hora. En estos 30 min. se producirá gluten.