Secretos asequibles que te ayudarán a preparar un chucrut jugoso, crujiente y apetitoso.
Hacer chucrut es una tarea sencilla, pero llena de matices, sin los cuales la idea está condenada al fracaso.
Podría haber varias razones para esto. Aquí están los principales:
1. El repollo se cocinó en la estación cálida.
2. Usamos una variedad temprana de repollo.
3. El repollo fue sobrealimentado con fertilizantes.
4. Falta de sal. Se administraron menos de 20 gramos. por 1 kg.
5. Alta temperatura de fermentación.
6. Durante la fermentación, el aire no se escapaba bien.
El repollo blando no se diferencia en sabor, color y olor del repollo crujiente.
La cuestión es el exceso de aire, que provoca el desarrollo de levadura micelial. No dañan la salud humana, pero solo son necesarios al comienzo de la fermentación y en pequeñas cantidades.
Si hay demasiados, el repollo puede pudrirse. Es importante que la pieza de trabajo esté siempre completamente cubierta de salmuera.
El problema puede ser la baja temperatura de cocción, inferior a +18 °C. Quizás las propias cabezas de repollo se congelaron durante el almacenamiento.
Si el repollo está demasiado salado, el plato también puede tener un sabor amargo.
Para una fermentación ideal se necesitan bacterias de ácido butírico. Su desarrollo normal se produce a una temperatura de +18 ... +20 °C. Si el indicador es más alto, se multiplican muy rápidamente. Un exceso de estas bacterias hace que el plato terminado quede muy ácido.
El repollo no se debe fermentar en recipientes de aluminio. El ácido láctico corroe el aluminio y provoca la entrada de sustancias nocivas en el plato. Para hacer chucrut, lo mejor es un cuenco o sartén esmaltado.