Muchas amas de casa se quejan de que las galletas quedan con un pequeño grumo y, a veces, con un auténtico “volcán” en el medio.
Afortunadamente, resolver este problema no es tan difícil como podría parecer a primera vista.
Por eso, algunos cocineros recomiendan envolver el molde en papel de aluminio, dentro del cual hay que poner una toalla mojada.
De acuerdo: el método puede ser eficaz, pero bastante problemático.
Si no quiere perder energía y tiempo fabricando un "dispositivo" de este tipo, intente utilizar otro método.
Consiste en colocar un molde relleno de masa no en un horno precalentado, sino, por el contrario, en un horno frío.
No tiene que preocuparse: incluso usando diferentes recetas obtendrá un bizcocho uniforme (clásico, crema agria, mantequilla, agua hirviendo, chocolate) en general, cualquiera.
Repetimos una vez más: la masa bien batida se debe pasar a una fuente para horno y colocar en el horno apagado. Solo después de esto, gire la perilla de calentamiento a la temperatura que usa habitualmente para hornear galletas.
Otro punto importante: no olvides tapar la sartén con papel de aluminio perforado para que salga el aire. Después de 30-35 minutos, retira el papel de aluminio y continúa horneando la galleta hasta que esté cocida.