Muchas amas de casa disfrutarán mucho preparando pescado de río fresco, ya que resulta lo más sabroso posible.
Sin embargo, este producto tiene un inconveniente: la presencia de un olor desagradable bastante notable, causado por las características del hábitat del habitante del río.
Por la misma razón, es posible que el pescado no tenga el sabor más agradable. Por tanto, el pescado debe prepararse adecuadamente antes del tratamiento térmico directo.
Si el olor a barro es demasiado fuerte, entonces deberías probar el método más confiable. Para ello, agregue la misma cantidad de vinagre al agua, agregue la cebolla picada y las hojas de laurel.
Luego añadimos el propio pescado a esta mezcla. Al cabo de un par de horas no quedará ni rastro del aroma a barro.
Los cítricos te ayudarán a eliminar de forma fácil y sencilla los olores desagradables. Para ello, se limpia el pescado de sus entrañas y se trata bien con una rodaja de limón.
Esto no solo eliminará el olor desagradable, sino que también hará que el sabor del pescado sea más brillante.