Para muchas amas de casa preparar chuletas picadas según una receta clásica es una actividad habitual, pero no todo el mundo sabe que un determinado componente de la preparación puede estropear la calidad final del plato.
Es debido a la introducción de un producto popular que las chuletas resultan demasiado duras y no muy agradables al gusto.
Muchas amas de casa se sorprenderán de que el ingrediente cuestionable sea un huevo de gallina. Lo introducimos para que la pieza adquiera una estructura integral y mantenga su forma.
El huevo, por su consistencia, ayuda a que los productos se peguen en la carne picada.
Sin embargo, cuando se fríe, el huevo se vuelve más duro, por lo que las chuletas blandas también se endurecen.
Algunos cocineros señalan que no es el huevo de gallina el culpable de su dureza, sino sólo su clara. Por eso, a la hora de preparar chuletas, solo se introducen las yemas.
Estas chuletas resultan bastante sabrosas.
Algunas amas de casa nunca han introducido este componente en la carne picada, pero señalan que incluso sin huevo, las chuletas mantienen perfectamente su forma. En la mayoría de los casos, el pan ayuda no solo a que el plato quede esponjoso, sino también a unir los componentes.
Las chuletas resultan increíblemente sabrosas si reemplazas el huevo habitual con almidón normal. El plato quedará esponjoso, sabroso y jugoso.