La sopa de champiñones se puede clasificar fácilmente como cocina gourmet, ya que un plato raro puede superarla en términos de aroma y matices especiales de sabor.
Por esta razón, en los restaurantes se suele servir sopa de champiñones.
Pero también puedes preparar en casa un plato espectacular del que hasta un chef profesional estará orgulloso.
A algunas personas les gusta preparar sopa a base de champiñones frescos, pero resultará “más pobre” en términos de riqueza en comparación con un producto seco.
Los champiñones se deben colocar en un recipiente con leche literalmente una hora antes de preparar la sopa.
En este caso, primero deberás procesar adecuadamente los champiñones frescos. Primero, se limpian y trituran de manera conveniente. Luego es necesario enviar el producto a la sartén.
Tan pronto como los champiñones se doren, se pueden colocar en la sartén. Los champiñones fritos agregarán sabor y riqueza a la sopa.
A veces las sopas de champiñones quedan un poco “vacías”, por lo que vale la pena conocer un truco. Es necesario freír la harina en una sartén seca hasta que adquiera un tono agradable, diluirla en una pequeña cantidad de agua y agregarla con cuidado a la sopa de champiñones.
Este truco también se utiliza para hacer sopas en puré que requieren una textura cremosa.
Si no te gusta el sabor de la harina, puedes sustituirla por un par de cucharadas de sémola. Esto le dará a la sopa de champiñones una textura espesa y deliciosa.
A veces, las sopas de champiñones no pueden presumir de un caldo rico. En este caso, la mantequilla vendrá al rescate. Suele introducirse al final de la preparación de la sopa.
Esto también ayuda a mejorar significativamente el sabor del plato.
Es difícil imaginar la sopa de champiñones sin el uso de verduras. Si has preparado un plato ligero sin utilizar nata ni queso, puedes potenciar su sabor con perejil.
Una opción universal es el eneldo. Si quieres sorprender a tu familia con una exquisita sopa de champiñones, no te olvides de la albahaca.