Muchas personas que han probado la cocina soviética se alegran al recordar las chuletas.
Este plato en los comedores siempre resultó sabroso, tierno, esponjoso y jugoso.
El hecho es que los chefs soviéticos se adhirieron a tecnologías y reglas especiales.
Este es el punto más importante, ya que el sabor y la calidad del plato dependen de las proporciones. Si quieres que las chuletas queden jugosas, debes ceñirte a las siguientes cifras: para un 60% de carne de res, toma un 40% de carne de cerdo y un 10% de cebolla.
Todos los componentes se procesan adecuadamente en una picadora de carne. Cuanto más pequeñas sean la carne picada y la cebolla, más sabrosas quedarán las chuletas.
Mucha gente está acostumbrada a añadir pan empapado en leche a las chuletas. Sin embargo, los chefs soviéticos utilizaban pan especial: el de centeno. Éste es el secreto del esplendor, la jugosidad y el sabor agradable.
Además, los cocineros no siempre usaban especias, limitándose solo a sal y una pequeña cantidad de pimienta negra.
Muchos han oído que los cocineros soviéticos preferían el horno a la sartén. Gracias a esto, las chuletas resultaron más sanas y sabrosas.
Puedes hacerlo de otra manera: primero freír el plato hasta que quede una bonita costra y luego meter las chuletas al horno. Como regla general, será suficiente un cuarto de hora a 160 grados.