Para preparar panqueques esponjosos y sin levadura para el desayuno, no necesitas ningún ingrediente especial.
Para hacer esto necesitas tomar:
El principal secreto de esa “exuberancia” no está en el refresco, como muchos podrían pensar, sino en la temperatura de los ingredientes.
Primero, calienta el kéfir en la estufa o en el microondas. No es necesario hervirlo: una temperatura de unos 40 grados es suficiente. Si el producto cuaja un poco no pasa nada, basta con removerlo y volverá a quedar homogéneo.
Para calentar un huevo, basta con ponerlo en agua caliente durante unos minutos.
Una vez completada la preparación de los componentes, puedes comenzar a amasar la masa.
En un bol, combine el huevo, el azúcar y la sal y revuelva hasta que los ingredientes a granel se disuelvan. Luego agregue kéfir, mezcle y agregue suficiente harina hasta que la consistencia de la masa se parezca a una crema agria espesa.
Al final, agregue bicarbonato de sodio y revuelva hasta que se distribuya uniformemente.
Ahora puedes poner la sartén al fuego y verter el aceite. Cuando la grasa esté lo suficientemente caliente, empieza a freír.
A fuego medio, este proceso tomará aproximadamente un par de minutos por cada lado. Es mejor comer estos panqueques bien calientes: ahí es cuando saben mejor.