La calabaza está llena de vitaminas y nutrientes que, en su mayor parte, no se pierden tras el tratamiento térmico.
En el jardín, la cosecha resiste las heladas, pero durante el almacenamiento los frutos pueden congelarse. Qué hacer con una calabaza si está congelada en el balcón o en la despensa.
Teniendo en cuenta que la verdura se ha congelado con éxito durante el invierno durante mucho tiempo, no hay por qué entrar en pánico. El sabor no se verá especialmente afectado ni la composición vitamínica. Pero hay un detalle importante: ya no se puede dejar la verdura en esta forma.
La calabaza se almacenará muy mal, especialmente si existe una alta probabilidad de cambios de temperatura.
Una verdura que se ha congelado ligeramente en el jardín o en el balcón hay que solucionarla, y cuanto antes, mejor.
Primero debes descongelarlo correctamente. Lo mejor es guardar la fruta en el frigorífico para que no se escarche y luego dejarla a temperatura ambiente.
Cuando la verdura se haya descongelado por completo, es necesario procesarla.
La congelación repetida y la posterior descongelación obviamente no harán que la calabaza dañada sea más sabrosa y saludable. Por lo tanto, puedes hornear calabaza, hacer puré o hacer sopa.
Para ello, hornea la calabaza preparada (cortada en mitades o cuartos y quítale las semillas) en un horno precalentado a 160 grados centígrados durante 30-35 minutos.
Cuando esté lista, la verdura debe enfriarse. Luego recoge la pulpa con una cuchara, transfiérala a un recipiente adecuado y muele con una batidora.
El puré se puede comer, utilizar para cocinar o congelar.