Muchos cocineros en el proceso de preparación de alimentos no prestan atención a un detalle como la puntualidad de agregar sal.
Se sabe que si se fríen las patatas y se les sala desde el principio, la verdura soltará jugo y ya no quedará tan sabrosa. Pero ¿qué pasa con las patatas hervidas? ¿No tienen una corteza crujiente?
Según los expertos, lo mejor es añadir sal al final de la cocción. Esto se aplica no sólo a las patatas, sino también a las sopas, cereales, etc.
Otro punto importante. Es necesario que las verduras se hiervan en suficiente cantidad de agua, es decir, debe haber suficiente agua para que los tubérculos queden cubiertos por encima al menos un centímetro.
Una vez que las patatas estén listas, no es necesario dejarlas en agua durante mucho tiempo, tapadas. De esta manera, los tubérculos no sólo tendrán un sabor acuoso, sino que también correrán el riesgo de quedar empapados (mucho depende de la variedad).
Y lo último que puede mejorar el sabor de las patatas hervidas, además de la sal, son las verduras.
Por ejemplo, puedes añadir 2-3 dientes de ajo durante la cocción o una cebolla.
Otra forma interesante es con zanahoria. Después de esto, las patatas no sólo resultan más sabrosas, sino también más brillantes y aromáticas.