La carne al horno se considera más saludable que la carne frita. Por eso, te proponemos utilizar pequeños trucos para conseguir carnes y patatas al horno realmente deliciosas.
Las amas de casa modernas tienen en su arsenal varios productos para hornear.
Sin embargo, nuestras abuelas horneaban carne en masa sin levadura y estaba increíblemente sabrosa.
Elige carne fresca y suave para que el resultado no quede duro, sino tierno.
Para que se cocine bien, elige la temperatura adecuada.
Sumerja completamente la carne magra y magra en la salsa para evitar que se ponga dura y seca.
¡Recordatorio! La carne de res y el cordero se hornean por más tiempo, seguidos del cerdo, y luego la ternera y el pollo.
Envuelva los trozos muy tiernos en film transparente o papel de horno.
Rellene la carne de ave con carne picada ya preparada, ya que después de hornearla puede quedar cruda.
Para un ejemplar grande de ave, rocíelo periódicamente con sus propios jugos formados durante el horneado.
Hornea un trozo grande de carne durante 10-25 minutos, primero a una temperatura de 220-250 ° C, para que se forme una costra fina que retendrá el jugo de la carne en su interior. Luego reduzca el fuego del horno a 160-200 °C.
Las amas de casa recomiendan cocinar carne de tamaño mediano para que quede bien cocida y jugosa.
Retire la carne marinada en el refrigerador una hora antes de hornearla para que alcance la misma temperatura por fuera y por dentro. Esto permitirá que se cocine de manera uniforme.
Para que la carne quede más jugosa y sabrosa, rellénala con una mezcla de manteca y ajo.
No agregue sal a la carne sin marinar al hornear. Haga esto al final para que la sal no extraiga el jugo.