Los círculos oscuros debajo de los ojos se convierten no solo en un problema cosmético, sino también en una señal de posibles trastornos en el cuerpo.
La atención atenta a tales cambios en la apariencia ayuda a identificar rápidamente deficiencias de sustancias importantes y prevenir el desarrollo de enfermedades graves.
La deficiencia de hierro es una de las causas más comunes de ojeras.
Con la falta de este mineral, la circulación sanguínea se ve afectada, la piel se vuelve pálida y aparecen vasos sanguíneos debajo de los ojos, creando un efecto azul.
Los productos cárnicos, las legumbres y el trigo sarraceno ayudan a reponer las reservas de hierro.
La vitamina K juega un papel importante en el proceso de coagulación de la sangre. Con su deficiencia, los pequeños vasos subcutáneos se vuelven frágiles, lo que conduce a la formación de hematomas debajo de los ojos.
Las fuentes de vitamina K incluyen las verduras de hojas verdes, el brócoli y la coliflor.
El ácido ascórbico fortalece las paredes de los vasos sanguíneos y promueve la producción de colágeno.
Una ingesta insuficiente de vitamina C provoca un aumento de la fragilidad capilar y la aparición de ojeras. Los cítricos, el kiwi y los pimientos morrones se consideran fuentes ricas en vitamina C.
La deficiencia de vitamina B12 provoca alteraciones de la hematopoyesis y deterioro de la microcirculación. Las ojeras suelen ir acompañadas de palidez general y fatiga.
La vitamina B12 se encuentra principalmente en productos de origen animal: carne, pescado, productos lácteos.
La deficiencia de vitamina D afecta negativamente el estado de la piel y los vasos sanguíneos. Cuando es deficiente, la piel se vuelve fina y transparente, siendo visibles los vasos sanguíneos a través de ella.
La principal fuente de vitamina D es la luz solar y también se encuentra en el pescado graso y la yema de huevo.
El zinc participa en los procesos de regeneración de tejidos y mantenimiento de la inmunidad.
Con una deficiencia de zinc, la piel pierde su elasticidad y se vuelve más fina, lo que hace que las ojeras se noten más.
El zinc ingresa al cuerpo con mariscos, semillas de calabaza y nueces.
El magnesio es necesario para la circulación sanguínea normal y el funcionamiento del sistema nervioso. La falta de magnesio se manifiesta por alteraciones del sueño, aumento de la fatiga y formación de ojeras.
Los plátanos, las nueces y el chocolate amargo ayudan a cubrir el déficit.
La ingesta insuficiente de líquidos provoca el estancamiento de la sangre en las venas y la aparición de ojeras.
La piel se vuelve menos elástica, lo que empeora el problema. Se recomienda beber suficiente agua limpia a lo largo del día.
El estancamiento de la sangre en el sistema venoso de la cara suele provocar la aparición de ojeras.
La actividad física regular, las duchas de contraste y los masajes faciales ayudan a mejorar la circulación sanguínea.
Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 son esenciales para mantener la piel y los vasos sanguíneos sanos. Con su deficiencia, la piel se vuelve delgada y vulnerable.
Las fuentes de grasas saludables incluyen el pescado, el aceite de linaza y las nueces.