Desafortunadamente, ninguno de nosotros se está volviendo más joven, lo que significa que a medida que envejecemos, cuidar nuestra salud se vuelve especialmente importante.
Sin embargo, siempre se puede recurrir a un método sencillo que ayudará a mantener el bienestar del organismo, y es ajustar nuestra dieta.
La comida tiene un impacto significativo en nuestra salud, estado de ánimo y apariencia. Por este motivo, los expertos recomiendan seguir los principios de una nutrición adecuada y equilibrada.
Sin embargo, con el tiempo es necesario ajustar la dieta.
Por ejemplo, después de cierta edad, la necesidad de proteínas, como requesón y huevos, aumenta significativamente.
Estos productos definitivamente deberían estar presentes en la dieta de las personas que ya han cumplido 35 años.
El caso es que a esta edad comienza a desarrollarse la sarcopenia, es decir, la pérdida de masa muscular.
Por eso es tan importante prestar atención a las proteínas de fácil digestión que forman parte de los huevos y el requesón.
Según algunos médicos, es más probable que el requesón procesado térmicamente, por ejemplo en forma de tartas de queso o guisos, sea un carbohidrato que una proteína.
En cuanto a las carnes rojas, se recomienda consumirlas en la cena y el almuerzo no más de dos o tres veces por semana, y el resto del tiempo dar preferencia a las aves o al pescado.
Para una mejor absorción de proteínas de las carnes rojas y aves, conviene prepararlas rellenas (por ejemplo, albóndigas, albóndigas o chuletas) y optar por cocinarlas al vapor, hornearlas en papel de aluminio sin que se forme costra o hervirlas.